El intendente de San aseguró que no abrir las aulas afecta no sólo la educación de los niños sino también su salud física y mental. Además, destacó los protocolos de higiene que el municipio utilizó para abrir los colegios a finales de 2020.
El intendente de San Isidro, Gustavo Posse, insistió en la necesidad de comenzar las clases de manera presencial.
“Es necesario que los niños vuelvan a las aulas. No sólo por la calidad de su educación sino también por su salud física y emocional, tal como lo remarcó la Sociedad Argentina de Pediatría”, destacó Posse en sus redes sociales.
Y sumó: “Nuestra convicción no es sólo un deseo sino que está avalada por la experiencia que tuvimos a fines del año pasado donde demostramos que los alumnos de nuestras escuelas municipales pudieron tener clases presenciales de forma segura siguiendo un estricto protocolo de seguridad e higiene”.
A principios de noviembre de 2020, tras varios pedidos por parte del municipio al gobierno de la Provincia de Buenos Aires, los colegios de San Isidro reabrieron sus puertas para realizar actividades de revinculación escolar con estudiantes de sexto año de primaria y secundaria y sala de 5 una vez por semana. La medida se extendió al resto de los cursos para que puedan concurrir una vez al mes.
Más allá de las propuestas pedagógicas, el foco estuvo puesto en el protocolo de higiene, realizado por pedagogos, docentes, infectólogos, epidemiólogos, pediatras, psicólogos y los responsables del área de Inspección del municipio.
Cada escuela brindó los elementos de higiene y cuidado personal como alcohol en gel, líquido y repelente. Los encuentros se produjeron bajo una burbuja estricta donde los pupitres se desplegaron en rondas en los patios y en grupos de no más de diez alumnos agrupados en células. Esto se hizo con el objetivo de que los mismos chicos trabajaran siempre con las mismas maestras y maestros, de modo que si ocurriera un caso de coronavirus pudiera aislarse solamente a ese grupo y no sea necesario cerrar la escuela.
Además, se pautaron horarios de ingreso y egreso escalonados para evitar aglomeraciones y choques entre grupos, se estipuló el uso del tapabocas y el mantenimiento del distanciamiento social, y se tomó la temperatura a todas las personas que ingresaron a los establecimientos.
“Hemos trabajado mucho y seguimos haciéndolo para que los chicos vuelvan a las aulas. La escuela, aún con virus circulando, tiene que poder volver a funcionar y ser un espacio seguro para todos”, completó el intendente Posse.
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