“Mi bebé dejó de respirar, se puso morado y no sabía qué hacer”, contó Giuliana Agostinelli, una de las madres que asistió al curso de Reanimación Cardiopulmonar (RCP) de lactantes en el Hospital Municipal Materno Infantil de San Isidro. Allí, adquirió las herramientas necesarias para resolver una eventual emergencia.
“Es un curso gratuito mensual destinado a padres de recién nacidos de riesgo para prevenir la muerte por paro cardiorrespiratorio. En forma teórica y práctica enseñamos las maniobras de reanimación que hay que saber para aplicarlas en las casas y que el bebé llegue al hospital en las mejores condiciones”, explicó la jefa del Servicio de Neonatología, Mariana Turturici.
Al final de la clase, Giuliana afirmó: “Con las técnicas que aprendí ahora me siento muy segura ante una situación como la que me tocó vivir con mi bebé”.
Según estudios, los niños que reciben RCP tienen una tasa mayor de supervivencia y menos trastornos neurológicos al momento del alta, que aquellos que no reciben maniobra alguna.
“El momento de iniciar la reanimación es cuando hay un cambio brusco de color en la piel del bebé, falta de respuesta a estímulos y falta de respiración”, resumió la especialista.
En la parte práctica del curso se usan muñecos para que los padres apliquen las maniobras aprendidas, simulando una situación de paro cardiorrespiratorio.
“Se nota una gran mejoría de los padres en cuanto a la RCP. Lo comprobamos a través de evaluaciones que les realizamos antes y después del curso para ver cuánto sabían y cuánto aprendieron. Todos coinciden en que se sienten más seguros con más conocimientos para enfrentar una situación tan estresante”, agregó la especialista.
“Encontraste a tu bebé y lo viste pálido. ¿Qué hacés? ¿Cómo lo estimulas?”, le preguntaron a Julieta Feil, otra madre, que estaba frente a un muñeco y tenía que demostrar lo que aprendió.
“Además de los masajes respiratorios y la ventilación a un bebé, me interesaba saber cómo actuar si uno está solo frente a esta situación. Y me dijeron que lo primero es comenzar con la reanimación (dos minutos) y luego llamar a la emergencia. Si somos dos personas nos repartimos la tarea”, concluyó Feil.
“Es un curso gratuito mensual destinado a padres de recién nacidos de riesgo para prevenir la muerte por paro cardiorrespiratorio. En forma teórica y práctica enseñamos las maniobras de reanimación que hay que saber para aplicarlas en las casas y que el bebé llegue al hospital en las mejores condiciones”, explicó la jefa del Servicio de Neonatología, Mariana Turturici.
Al final de la clase, Giuliana afirmó: “Con las técnicas que aprendí ahora me siento muy segura ante una situación como la que me tocó vivir con mi bebé”.
Según estudios, los niños que reciben RCP tienen una tasa mayor de supervivencia y menos trastornos neurológicos al momento del alta, que aquellos que no reciben maniobra alguna.
“El momento de iniciar la reanimación es cuando hay un cambio brusco de color en la piel del bebé, falta de respuesta a estímulos y falta de respiración”, resumió la especialista.
En la parte práctica del curso se usan muñecos para que los padres apliquen las maniobras aprendidas, simulando una situación de paro cardiorrespiratorio.
“Se nota una gran mejoría de los padres en cuanto a la RCP. Lo comprobamos a través de evaluaciones que les realizamos antes y después del curso para ver cuánto sabían y cuánto aprendieron. Todos coinciden en que se sienten más seguros con más conocimientos para enfrentar una situación tan estresante”, agregó la especialista.
“Encontraste a tu bebé y lo viste pálido. ¿Qué hacés? ¿Cómo lo estimulas?”, le preguntaron a Julieta Feil, otra madre, que estaba frente a un muñeco y tenía que demostrar lo que aprendió.
“Además de los masajes respiratorios y la ventilación a un bebé, me interesaba saber cómo actuar si uno está solo frente a esta situación. Y me dijeron que lo primero es comenzar con la reanimación (dos minutos) y luego llamar a la emergencia. Si somos dos personas nos repartimos la tarea”, concluyó Feil.
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