Así lo denunció una locutora que sufrió el despido injustificado, una mas entre otros que lo sufrieron por parte del Obispado de San Isidro. Hubo varios afectados dentro del staff de FM San Cayetano, una radio diocesana del Obispado. Desde marzo de este año, el Padre Mariano Caracciolo se hizo cargo de la emisora, siendo el nuevo Director y párroco de la parroquia San Marcelo, institución perteneciente al Obispado y que afectó el plantel de locutores y conductores de FM San Cayetano luego del veto de Mauricio Macri a ley anti despidos. “Nos dejaron en la calle, cambiaron la cerradura y nos humillaron como trabajadores” sostiene Alejandra Prieto, locutora.
Aquí, la carta de la trabajadora despedida quien cumplía funciones desde 2009.
Carta acerca de mi despido. Toda la verdad de la inhumanidad de la iglesia
Hola! Ya mis amigos y allegados lo saben… me despidieron de la radio. Soy una nueva desocupada de este gran cambio, cambio al que se sumó la Iglesia, trabajaba como locutora en FM San Cayetano 105.1 desde 2009, una radio parroquial dependiente del Obispado de San Isidro y el viernes 27 de mayo sin motivo alguno, recibí una carta documento.
Les cuento un poco, mi amor por la radio va más allá del respeto al micrófono, la elección de las canciones, el armado de los bloques, preparación de entrevistas, la adrenalina; amo y vivo cada una de las palabras que emito, porque entiendo cuál es mi responsabilidad, no era un trabajo más, era mi lugar, mi espacio, mi radio. Todo lo que hice fue al máximo, sentido y con amor, para nada me arrepiento de amar así, y dar todo. Sólo escribo estas líneas para despedir una etapa hermosa.
Me despidió el Padre Mariano Caracciolo de la Parroquia San Marcelo de Don Torcuato. Se trata del nuevo párroco, asumió en marzo y se declaró como el nuevo director de la radio, sí un padre, esos que dan misa y predican la palabra de Dios mientras esperan tu colaboración para ayudar a los “necesitados”, ahora también tienen otro trabajo el de “limpiar” al personal, y sumar más “necesitados” (los que crearon). Luego de recibir la carta documento me convocó a una reunión, tomé coraje y mis pañuelitos descartables y fui a pedir explicaciones y mi reincorporación, me encontré con un hombre cínico disfrazado con una sotana, miraba hacia el suelo, quizá buscando su vergüenza (eso me dijo tanto), solo no estaba, claro el contador del obispado a su derecha lo secundaba. Parecía una pesadilla, me despojaban de lo más importante de mi vida.
Sé que no soy la única que atraviesa un momento así, somos miles, estatales, privados, sé que no podrán conmigo, con nosotros.Aquellos que laburaron conmigo saben lo que significa laburar y la lealtad con los compañeros, sólo eso es suficiente para sacar adelante una radio, el trabajo en equipo, aquel equipo que fuimos y desde marzo se encargaron de dividir para reinar. No me sacaron solo un sueldo, me sacaron la fe que en algún momento tuve por la institución y me quitaron mi lugar, mi radio, la que yo misma empapelé, decoré, la adorné con artística escrita y locutada por mí e incluso ofrecimos con un gran compañero locutor un espacio radial a adolescentes del Centro Juvenil Sagrada Familia(hoy depende de la ONG La Barca) les brindamos un hermoso taller de radio, donde no sólo los ayudamos a expresarse sino a valorarse, eso me llevo de la radio… un regalo de la vida, ayudar al crecimiento y desarrollo de esos pibes desde la radio.
Es larga y quizás tediosa la carta, pero acá estoy haciendo mi descargo, soy una afectada más de estos despidos que llegaron a la iglesia y esperemos terminen, aunque mi pesadilla curiosamente comenzó algunas horas después que el presidente Macri vetara la ley anti despidos. Hoy me enteré que soy la número 2001, de qué? La despedida N° 2001 de prensa, y si hablamos de números la parroquia San Marcelo del Obispado de San Isidro emitió ya diez cartas documento“prescindiendo de servicios”, en nuestro caso afectaron el total del plantel de locutores(2), conductora, productora y periodista de FM San Cayetano, pero existen más despojados de sus trabajos la parroquia.
Me siento dolida y traicionada, por quien se negaba a explicarme su no aviso previo, su falta de comunicación y la causa de mi despido, sólo pregunté, por qué? Por qué de esa manera? Quizá el Obispo Monseñor Oscar Ojea, y Monseñor Casaretto no sepan qué clase de sacerdote tienen dentro de su comunidad. Quizá desconozcan el accionar inhumano de este lobo con piel de cordero. Nos despidieron como perros, sin misericordia alguna, esa que pregonan a diario, pero poco demuestran.
Jamás pensé que la iglesia y el obispado tratasen como empresas, nunca creí que eso fuera cierto hasta el 27 de mayo, día que llegó el cartero a casa, mientras coordinaba una nota para esa misma tarde y armaba mi programa, donde me di cuenta que nada importó, ni mi matrícula, ni mi esfuerzo, ni mi profesionalismo ni mi lealtad y dedicación… para ellos nada importó. Aunque me doy cuenta de algunas inexactitudes en la manera… recibí la carta documento el viernes, ellos pensarían que el lunes lo haría, es por eso que decidieron ese mismo viernes al mediodía cambiar las cerraduras de mi trabajo, para recibirme en la puerta y comunicármelo (que acción humanista y cristiana), según la explicación del padre cholo, así se hace llamar Mariano Caracciolo, pero ya que estamos en clima eclesiástico, a mí me recuerda a Judas.
Yo crecí mucho durante esos 7 años, aunque no lo reconozcan legalmente, cual caranchos son, crecí como profesional pero lo más importante crecí como persona despojada del ego, eso no es poco en este medio. Me pregunto qué pensará el papa Francisco, cuando su discurso se refiere a los No despidos y a la misericordia. Que paradoja! Una más de la iglesia, no?.
Aquellos oyentes, amigos y entrevistados, saben que mi programa tenía un alto contenido social, visibilizar gente solidaria y organizaciones, aquellos que asisten a merenderos y comedores con alimentos, calzado, abrigos, remedios, libros, inculcándoles valores y llevándoles felicidad a cada pibe y abuelo… todo lo que está a su alcance y más, los que caminan los barrios para ayudar, de esos hablo, los anónimos, con mi programa los ayudaba a difundir sus campañas, y los pedidos de ayuda parece poco importante al nuevo director de la radio parroquial, no esperaba que lo sea la visibilización del abuso sexual infantil ni la prevención del VIH con preservativos. Ustedes entenderán… como yo entiendo la causa de mi despido. Por eso lo difundo y lo repudio.
Agradezco la solidaridad de amigos, oyentes, colegas, entrevistados por tanta empatía.
Ánimo y dignidad es lo que me sobra en estos momentos. Gracias y pronto volveremos al AIRE!
Alejandra Prieto
Carta acerca de mi despido. Toda la verdad de la inhumanidad de la iglesia
Hola! Ya mis amigos y allegados lo saben… me despidieron de la radio. Soy una nueva desocupada de este gran cambio, cambio al que se sumó la Iglesia, trabajaba como locutora en FM San Cayetano 105.1 desde 2009, una radio parroquial dependiente del Obispado de San Isidro y el viernes 27 de mayo sin motivo alguno, recibí una carta documento.
Les cuento un poco, mi amor por la radio va más allá del respeto al micrófono, la elección de las canciones, el armado de los bloques, preparación de entrevistas, la adrenalina; amo y vivo cada una de las palabras que emito, porque entiendo cuál es mi responsabilidad, no era un trabajo más, era mi lugar, mi espacio, mi radio. Todo lo que hice fue al máximo, sentido y con amor, para nada me arrepiento de amar así, y dar todo. Sólo escribo estas líneas para despedir una etapa hermosa.
Me despidió el Padre Mariano Caracciolo de la Parroquia San Marcelo de Don Torcuato. Se trata del nuevo párroco, asumió en marzo y se declaró como el nuevo director de la radio, sí un padre, esos que dan misa y predican la palabra de Dios mientras esperan tu colaboración para ayudar a los “necesitados”, ahora también tienen otro trabajo el de “limpiar” al personal, y sumar más “necesitados” (los que crearon). Luego de recibir la carta documento me convocó a una reunión, tomé coraje y mis pañuelitos descartables y fui a pedir explicaciones y mi reincorporación, me encontré con un hombre cínico disfrazado con una sotana, miraba hacia el suelo, quizá buscando su vergüenza (eso me dijo tanto), solo no estaba, claro el contador del obispado a su derecha lo secundaba. Parecía una pesadilla, me despojaban de lo más importante de mi vida.
Sé que no soy la única que atraviesa un momento así, somos miles, estatales, privados, sé que no podrán conmigo, con nosotros.Aquellos que laburaron conmigo saben lo que significa laburar y la lealtad con los compañeros, sólo eso es suficiente para sacar adelante una radio, el trabajo en equipo, aquel equipo que fuimos y desde marzo se encargaron de dividir para reinar. No me sacaron solo un sueldo, me sacaron la fe que en algún momento tuve por la institución y me quitaron mi lugar, mi radio, la que yo misma empapelé, decoré, la adorné con artística escrita y locutada por mí e incluso ofrecimos con un gran compañero locutor un espacio radial a adolescentes del Centro Juvenil Sagrada Familia(hoy depende de la ONG La Barca) les brindamos un hermoso taller de radio, donde no sólo los ayudamos a expresarse sino a valorarse, eso me llevo de la radio… un regalo de la vida, ayudar al crecimiento y desarrollo de esos pibes desde la radio.
Es larga y quizás tediosa la carta, pero acá estoy haciendo mi descargo, soy una afectada más de estos despidos que llegaron a la iglesia y esperemos terminen, aunque mi pesadilla curiosamente comenzó algunas horas después que el presidente Macri vetara la ley anti despidos. Hoy me enteré que soy la número 2001, de qué? La despedida N° 2001 de prensa, y si hablamos de números la parroquia San Marcelo del Obispado de San Isidro emitió ya diez cartas documento“prescindiendo de servicios”, en nuestro caso afectaron el total del plantel de locutores(2), conductora, productora y periodista de FM San Cayetano, pero existen más despojados de sus trabajos la parroquia.
Me siento dolida y traicionada, por quien se negaba a explicarme su no aviso previo, su falta de comunicación y la causa de mi despido, sólo pregunté, por qué? Por qué de esa manera? Quizá el Obispo Monseñor Oscar Ojea, y Monseñor Casaretto no sepan qué clase de sacerdote tienen dentro de su comunidad. Quizá desconozcan el accionar inhumano de este lobo con piel de cordero. Nos despidieron como perros, sin misericordia alguna, esa que pregonan a diario, pero poco demuestran.
Jamás pensé que la iglesia y el obispado tratasen como empresas, nunca creí que eso fuera cierto hasta el 27 de mayo, día que llegó el cartero a casa, mientras coordinaba una nota para esa misma tarde y armaba mi programa, donde me di cuenta que nada importó, ni mi matrícula, ni mi esfuerzo, ni mi profesionalismo ni mi lealtad y dedicación… para ellos nada importó. Aunque me doy cuenta de algunas inexactitudes en la manera… recibí la carta documento el viernes, ellos pensarían que el lunes lo haría, es por eso que decidieron ese mismo viernes al mediodía cambiar las cerraduras de mi trabajo, para recibirme en la puerta y comunicármelo (que acción humanista y cristiana), según la explicación del padre cholo, así se hace llamar Mariano Caracciolo, pero ya que estamos en clima eclesiástico, a mí me recuerda a Judas.
Yo crecí mucho durante esos 7 años, aunque no lo reconozcan legalmente, cual caranchos son, crecí como profesional pero lo más importante crecí como persona despojada del ego, eso no es poco en este medio. Me pregunto qué pensará el papa Francisco, cuando su discurso se refiere a los No despidos y a la misericordia. Que paradoja! Una más de la iglesia, no?.
Aquellos oyentes, amigos y entrevistados, saben que mi programa tenía un alto contenido social, visibilizar gente solidaria y organizaciones, aquellos que asisten a merenderos y comedores con alimentos, calzado, abrigos, remedios, libros, inculcándoles valores y llevándoles felicidad a cada pibe y abuelo… todo lo que está a su alcance y más, los que caminan los barrios para ayudar, de esos hablo, los anónimos, con mi programa los ayudaba a difundir sus campañas, y los pedidos de ayuda parece poco importante al nuevo director de la radio parroquial, no esperaba que lo sea la visibilización del abuso sexual infantil ni la prevención del VIH con preservativos. Ustedes entenderán… como yo entiendo la causa de mi despido. Por eso lo difundo y lo repudio.
Agradezco la solidaridad de amigos, oyentes, colegas, entrevistados por tanta empatía.
Ánimo y dignidad es lo que me sobra en estos momentos. Gracias y pronto volveremos al AIRE!
Alejandra Prieto
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