El nuevo titular de la Región Sanitaria V, efectuó un crítico cuadro de situación y explicó: “La gobernadora nos pide que trabajemos con generosidad, promoviendo el diálogo y el consenso”.
No es tan sencillo poder explicar, en pocas palabras, que representa y abarca la Región Sanitaria V. Por eso, es conveniente aclarar de entrada que se trata de una descentralización del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires e incluye a toda la Región Noroeste. En total, unos 13 municipios entre los que están Vicente López, San Isidro, San Fernando, Tigre, Escobar, Campana, Zárate, Exaltación de la Cruz, Pilar, Malvinas Argentinas, José C. Paz, San Miguel y San Martín.
La Región V consta de nueve hospitales provinciales (dos con categoría de interzonales), y ocho grandes efectores municipales. Terminan de configurar el mapa unos 350 centros de salud primaria, que dependen de los respectivos municipios. En toda la región viven unos tres millones y medio de habitantes, lo que la convierte en la segunda en importancia luego de la zona que incluye al populoso Partido de La Matanza.
Desde hace algunas semanas, Fernando Tejo es la máxima autoridad de Región V, designado por la gobernadora Maria Eugenia Vidal. Quienes lo conocen, tienen certeza de que, a través de su rica trayectoria, Tejo se convirtió en un experto capitán de barcos en mares embravecidos. Basta con recordar la intervención al Hospital Thompson, cuando aún encabezaba la Secretaría de Salud de la Comuna. O, aún más atrás, el lamentable estado en el cual recibió, allá por 2000, el Servicio de Emergencias Municipales (SEM), para transformarlo, años más tarde, en una dependencia modelo de aquella gestión de Ivoskus.
Nunca se caracterizó, entonces, por habitar zonas de confort. Así que no debería llamar la atención que también se le anime a este desafío complejo que supone esta zona de la Provincia: “Hay una situación generalizada de desprotección de la Salud Pública que no difiere demasiado de lo que uno intuía y veía en la previa. En una escala de 0 a 10, la situación sanitaria de esta parte de la Provincia hoy debe andar en un 2”, grafica como para no dejar dudas.
“Desde el año 2007 -agrega Tejo, que en aquel momento ocupaba la Secretaría de Salud de San Martín-, se observaba un abandono generalizado en todas las estructuras provinciales. Cuestiones extremas, como bombitas que se queman y no se cambian, malezas en los parquizados de los nosocomios, carteles pegados en las guardias avisando que no hay médicos. En estos años, todo eso ha empeorado. El estado es de una gravedad manifiesta”.
En este aspecto, detalla: “El principal problema son los recursos humanos, faltan profesionales médicos de muchas especialidades y también algunas otras profesiones no médicas que pasaron a ser críticas. El otro gran tema es la infraestructura, muchísimos hospitales que realmente están muy deteriorados desde el punto de vista de mantenimiento. Y la tercera cuestión que hoy observo con mucha preocupación es el tema insumos. Y desde Octubre, luego de las elecciones, esto se ha ido agravando. No se reparten las leches del Plan Materno ni se suministran drogas quimioterápicas para pacientes oncológicos, sólo por citar dos ejemplos de extrema gravedad”.
Planteado el escenario entonces resta preguntarse, siempre en tono galeno, si existe posibilidad de curar a la Región V de alguna de todas sus patologías. “Se puede, claro. Se ha hecho una apertura de la gestión de política sanitaria basada en el dialogo y el consenso, eso nos pidió la gobernadora. Como primera medida, las diferencias partidarias deben quedar de lado. Es imprescindible conformar un gran equipo entre todos los actores involucrados, porque no existe la figura de una persona que mágicamente pueda resolver todos los conflictos. La salud pública de la provincia de Buenos Aires está bastante bastardeada y ese debe ser el motor que nos una en el trabajo”, se esperanza Tejo.
“Es necesario -agrega- adecuar y redefinir las prioridades en un contexto adverso. En esta etapa estamos, reuniéndonos con secretarios de los distintos municipios. De mi experiencia al frente de la Salud de San Martín tengo muy marcadas dos situaciones de mucho contraste: la primera, la que tuvimos al asumir, con un municipio devastado en el que administrábamos pobreza. Luego en 2005, con el resurgimiento de todo el aparato productivo y la mejora de la situación financiera de la comuna, pudimos adquirir ambulancias, equiparlas como corresponde, mejorar los efectores y hasta lanzarnos a la aventura de construir un hospital nuevo. El único secreto fue el trabajo y adaptarnos a cada realidad para luego trabajar sobre ella y mejorarla. A eso también apuntamos ahora.”
No es tan sencillo poder explicar, en pocas palabras, que representa y abarca la Región Sanitaria V. Por eso, es conveniente aclarar de entrada que se trata de una descentralización del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires e incluye a toda la Región Noroeste. En total, unos 13 municipios entre los que están Vicente López, San Isidro, San Fernando, Tigre, Escobar, Campana, Zárate, Exaltación de la Cruz, Pilar, Malvinas Argentinas, José C. Paz, San Miguel y San Martín.
La Región V consta de nueve hospitales provinciales (dos con categoría de interzonales), y ocho grandes efectores municipales. Terminan de configurar el mapa unos 350 centros de salud primaria, que dependen de los respectivos municipios. En toda la región viven unos tres millones y medio de habitantes, lo que la convierte en la segunda en importancia luego de la zona que incluye al populoso Partido de La Matanza.
Desde hace algunas semanas, Fernando Tejo es la máxima autoridad de Región V, designado por la gobernadora Maria Eugenia Vidal. Quienes lo conocen, tienen certeza de que, a través de su rica trayectoria, Tejo se convirtió en un experto capitán de barcos en mares embravecidos. Basta con recordar la intervención al Hospital Thompson, cuando aún encabezaba la Secretaría de Salud de la Comuna. O, aún más atrás, el lamentable estado en el cual recibió, allá por 2000, el Servicio de Emergencias Municipales (SEM), para transformarlo, años más tarde, en una dependencia modelo de aquella gestión de Ivoskus.
Nunca se caracterizó, entonces, por habitar zonas de confort. Así que no debería llamar la atención que también se le anime a este desafío complejo que supone esta zona de la Provincia: “Hay una situación generalizada de desprotección de la Salud Pública que no difiere demasiado de lo que uno intuía y veía en la previa. En una escala de 0 a 10, la situación sanitaria de esta parte de la Provincia hoy debe andar en un 2”, grafica como para no dejar dudas.
“Desde el año 2007 -agrega Tejo, que en aquel momento ocupaba la Secretaría de Salud de San Martín-, se observaba un abandono generalizado en todas las estructuras provinciales. Cuestiones extremas, como bombitas que se queman y no se cambian, malezas en los parquizados de los nosocomios, carteles pegados en las guardias avisando que no hay médicos. En estos años, todo eso ha empeorado. El estado es de una gravedad manifiesta”.
En este aspecto, detalla: “El principal problema son los recursos humanos, faltan profesionales médicos de muchas especialidades y también algunas otras profesiones no médicas que pasaron a ser críticas. El otro gran tema es la infraestructura, muchísimos hospitales que realmente están muy deteriorados desde el punto de vista de mantenimiento. Y la tercera cuestión que hoy observo con mucha preocupación es el tema insumos. Y desde Octubre, luego de las elecciones, esto se ha ido agravando. No se reparten las leches del Plan Materno ni se suministran drogas quimioterápicas para pacientes oncológicos, sólo por citar dos ejemplos de extrema gravedad”.
Planteado el escenario entonces resta preguntarse, siempre en tono galeno, si existe posibilidad de curar a la Región V de alguna de todas sus patologías. “Se puede, claro. Se ha hecho una apertura de la gestión de política sanitaria basada en el dialogo y el consenso, eso nos pidió la gobernadora. Como primera medida, las diferencias partidarias deben quedar de lado. Es imprescindible conformar un gran equipo entre todos los actores involucrados, porque no existe la figura de una persona que mágicamente pueda resolver todos los conflictos. La salud pública de la provincia de Buenos Aires está bastante bastardeada y ese debe ser el motor que nos una en el trabajo”, se esperanza Tejo.
“Es necesario -agrega- adecuar y redefinir las prioridades en un contexto adverso. En esta etapa estamos, reuniéndonos con secretarios de los distintos municipios. De mi experiencia al frente de la Salud de San Martín tengo muy marcadas dos situaciones de mucho contraste: la primera, la que tuvimos al asumir, con un municipio devastado en el que administrábamos pobreza. Luego en 2005, con el resurgimiento de todo el aparato productivo y la mejora de la situación financiera de la comuna, pudimos adquirir ambulancias, equiparlas como corresponde, mejorar los efectores y hasta lanzarnos a la aventura de construir un hospital nuevo. El único secreto fue el trabajo y adaptarnos a cada realidad para luego trabajar sobre ella y mejorarla. A eso también apuntamos ahora.”
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